domingo, 6 de marzo de 2011

Carmín para Ruby


Se golpeaba la barbilla mientras miraba por la ventana, muy pensativa. Al principio me impresionó verla, era demasiado madura como para ir por si misma a una de estas ridículas fiestas.
-Hola- Ella me miro de reojo, luego sonrió y se giró del todo.
-Hola Emilio- Agarro uno de sus mechones de pelo y empezó a retorcérselo.
-Eres la ultima persona que esperaba encontrarme aquí- Dije con la sonrisa mas creíble que se pudiese formar.
-Ya, bueno... ya sabes como son estas, siempre quieren arrastrarme a estos sitios- Se quedo mirándome a los ojos, yo por otra parte me perdí contemplando su extenso pelo. Lo tenia largo y rojizo. Siempre muy sedoso, me encantaba tocarlo. A menudo bromeaba con eso: le pedia que se viniese a vivir conmigo solo para poder ver ese maravilloso pelo todas las mañanas.
Nos sumimos en el silencio. Dejo de retorcerse el mechón de pelo y su mano descendió lentamente hasta dejarla colgando. Abrió la boca ligeramente mostrando la punta de sus palas. Los labios que lucia iban bañados en carmín. Ni a ella ni a mi nos gustaba como le quedaba el pintalabios, siempre me pareció mucho mas atractiva a lo natural.
El cruce de miradas se prolongo unos dos minutos, recuerdo que pestañee y ella se rió.
-Jaja! He ganado- Enarque la ceja y me perdí en su mirada. Que triste eso de estar enamorado.

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